Una rana, posada al borde de un estanque, contemplaba a dos toros que se embestían mutuamente en un prado cercano.
-¡Mira que riña tan tremenda! -dijo a una compañera-. ¿Qué sería de nosotras si animales tan corpulentos vinieran por aquí?
-No te asustes -respondió la otra- ¿Qué nos importan las riñas de esas bestias? Además, esos animales no son de nuestra clase.
-Cierto es -replicó la primera-, pero yo pienso que el vencedor buscará refugio por estos lugares, y entonces podría aplastarnos con su enorme peso si no tomamos las debidas precauciones. Ya ves, amiga mía, que no sin razón me preocupa la contienda.
[note title=»Moraleja:»]
Cuando los poderosos riñen entre sí, los débiles sufren las consecuencias.[/note]